Los datos macroeconómicos de actividad que han aparecido durante el último mes especialmente en Estados Unidos y Europa han sido más flojos de lo esperado.
La inflación en general sigue relajándose y se espera que las políticas fiscales se endurezcan en paralelo. Los rendimientos del trabajo están ligeramente parecidos al momento prepandemia, aunque los ingresos no salariales se han situado por encima reflejando, no solo la mejor remuneración de los ahorros, sino además la revalorización de las bolsas. No obstante, las unidades familiares con menos ingresos disponen de menos dinero y no han mejorado su tasa de ahorro, soportando el peso del cuadro macroeconómico.
Las tasas de crecimiento económico seguirán siendo bajas en los próximos trimestres. A si las cosas, la coordinación de los bancos centrales será clave y por supuesto, la relajación de los tipos de interés debería impulsar el gasto y el crecimiento a partir de 2025.
Todo esto afectará a unos activos que en algunos casos están extraordinariamente caros y que quizá sea el momento de empezar a plantearse algunos cambios…
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